lunes, 12 de mayo de 2008

La vieja escuela

Aunque en la actualidad esté de moda el buenrrollismo entre el jefe y el empleado, los jefes siguen siendo jefes y los empleados siguen siendo empleados. Yo me apunto a la vieja escuela, esa donde se apagan puros en la espalda y donde se follaban a hermanas del empleado por simple derecho de pernada. Quiero ser de mayor un jefe cabrón.

O me das tu zanahoria o... ¡¡a la puta calle!!


A poder ser, quiero tratar a mis empleados como mierda. Y cuando se vayan de la empresa dando los quince días de preaviso soltarles un rollo moralista contradictorio en plan rabieta de niño pequeño. Que no falten las amenazas absurdas y los enfrentamientos con los compañeros. Y si puede ser, no estaría de más pegarlos una patada por debajo de la mesa y hacerle un 'fuck you' en la cara.

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