Toda la modernidad (homosexual y heterosexual) anda de un tiempo a esta parte con la chorra fuera con Terry Richardson, ese fotografo de polla pública que ha conseguido hacerse hueco en el telediario tras fotografiar a unas diosas desnudas para el calendario Pirelli.
Taschen, libros de referencia para hacer bulto en estanterías Ikea para parejas paletas que estrenan casa y convicencia, ha sacado un libro muy aparente a precio de saldo. Of course, el citado libro ya está en mi casa.
Ayer antes de caer rendidos en el plegatín, Elo echó un vistazo a ese repertorio de penes y guarredidas de Terry, ese calvo con bigote muy orgulloso de mostrar a la mínima su polla americana. Cuando lo termine de leer, prometo que intentaré hablar con propiedad del fotografo referencia de la sociedad más orgullosamente atormentada.
El libro de Scott Schuman aka The Sartorialist es harina de otro costal. El fotografo/blogger neoyorquino ha sacado a la venta una elegante recopilación fotográfica muy newyorker. En ningún momento tienes la sensación de estar viendo otra cosa que no sea una buena colección de viandantes fotografiados muy bien vestidos, todos ellos seres muy amables, todos ellos con una curiosa historia detrás. Estos son los pequeños retales que constituyen esa cosa tan complicada de explicar llamada vida neoyorquina.
Scott Schuman en su visita a tierra patria, comentaba que la gente de Madrid no le paraba de pedir perdón por el estilo conservador que nos caracteriza a la hora de vestir. Sartorialist no paraba de justicarse comentando que le encantaba la visión hermosamente conservadora que nos caracterizaba a la hora de escoger ropa para nuestro armario. NOTA: De Barcelona dijo que la gente viste con muchos colorines.


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